La verdad


Desde temprana edad y por complejos motivos de mi psiquis (un tanto largo y aburrido de explicar) siempre me atrajo la idea de saber la verdad de todo. Sí, así de simple: de todo. O para acotar un poco el utópico deseo, de todo lo que de alguna forma se constituyera en motivo de mi interés en ese momento. Y entre muchas otras cosas, quise saber la verdad sobre temas tan disímiles (o no tanto) como la religión, la conquista española de América, los OVNIS, los sumerios, las pirámides, la relatividad de Einstein o la presesión del movimiento terrestre y el calendario azteca. También quise saber la verdad sobre mi nacimiento 20 años más tarde que mis hermanos, la verdad sobre porqué mi novia me había dejado, la verdad sobre cómo era mi padre detrás de su aparente seriedad, la verdad sobre el divorcio y hasta la verdad sobre la verdad misma. Por oposición, siempre me molestó mucho "la mentira", o lo que he interpretado como aquella intención de ocultar o al menos desfigurar "la verdad". Y pasé mi adolescencia, mi temprana juventud y casi todo lo que sigue, tratando de satisfacer mi sed de verdad y aborreciendo la mentira y todos sus cultores. Y tanto busqué “la verdad” que me llegué a creer paranoico, a tal punto que hizo complicadas mis relaciones interpersonales con quienes no adherían a mi precepto básico.
Y si tanto me interesa "la verdad", cabe entonces la pregunta: ¿Que es la verdad?
Y para ser totalmente directo, no me siento nada original haciéndome esta pregunta. Ya la hicieron muchos en toda nuestra historia y creo que nadie encontró una respuesta fácil, simple, contundente e inmediata. La respuesta puede buscarse desde distintos ángulos, pero nadie ha llegado a estar de acuerdo en una única definición que pueda englobar las distintas interpretaciones que el ser humano le ha dado a lo largo de su historia, ya sea objetiva, subjetiva, relativa, absoluta, o como pretenda entenderse. Y aún así, sigo preguntándome qué es ¨la verdad¨, esa verdad más allá de toda definición, esa verdad que calme la angustia, esa verdad que no requiera más nada para explicarse a sí misma.
Si hay una anécdota casi reveladora al respecto -a mi juicio- es la pregunta de Poncio Pilato a Jesús durante su interrogatorio antes de ser sentenciado.
-"¿Que es la verdad?"- preguntó el quizás más astuto de los políticos de todos los tiempos. Lamentablemente no hubo respuesta. O al menos no fue directa, ni inmediata. Y si la hubo, no quedó registro de ello. Lo más interesante de todo, es que ni Mateo, ni Marcos, ni Lucas hacen mención al hecho, y sólo Juan se hace eco de semejante momento. Quizás los otros tres lo censuraron por no haber respondido, o quizás peor, ni siquiera se dieron cuenta de la relevancia de la pregunta…

Hacía unas semanas que por diversos motivos la pregunta había vuelto despiadada a mi mente, decidida a no dejarme en paz. Fue una tarde mientras tomaba un café con mi sobrino segundo -que por un motivo ya mencionado aquí es mayor que yo- cuando simplemente la repitió. Yo hablaba de cualquier otra cosa, pero no tengo más opción que pensar que él percibió algo y por eso fue directo al punto. Y por más acostumbrado que estuviera a pensar en la pregunta, inmediatamente volví a sentir la angustia que provoca su incalculable poder. Acto seguido recordó a Pilato, y ambos nos reímos incómodos. Me fui ese día con una molestia, una especie de piedra en el zapato, algo que no me dejaba respirar tranquilamente.
Días más tarde, mientras paseaba con mi hijo por un centro comercial, mi mente vagaba buscando una señal, una pista, quizás un milagro. Sin planearlo, entramos en un local de rubros varios y la charla giraba en torno a un juguete que "no teníamos". Mientras mi hijo revisaba sus posibles opciones, sin pensarlo me acerqué a una mesa con libros y tomé uno cualquiera, al azar. Creo que la tapa era azul, pero no podría asegurarlo. Lo abrí cerca de su parte media, en cualquier página, mirando sin mirar, porque mi mente estaba en otro lado. Y leí un párrafo cualquiera, sin elegirlo, y fue en ese momento cuando mi corazón se aceleró y casi pierdo el equilibrio:

"El alumno le pregunta al maestro -¿Maestro, qué es la verdad? Y el maestro le responde: -La vida de todos los días".

El libro cayó sobre la mesa y nos fuimos rápidamente. No se todavía si es la respuesta a mi pregunta, pero al menos aprendí que a veces no estamos preparados para encontrar lo que buscamos…

Paramnesia


Creo recordar que esto nunca sucedió. En realidad, sucedió que alguna vez lo soñé, y hoy lo soñé otra vez, confundiéndome aún más. Me acabo de despertar y el avión vuela suavemente, casi todos duermen o simplemente esperan resignados que lleguemos a destino. Claramente no ocurrió absolutamente nada, aunque juraría que acaba de suceder. La sensación fue muy fuerte y en mis oídos todavía retumba el rugir de las turbinas durante las maniobras. Pero no, es totalmente absurdo. Por más real que parezca un Airbus 340 de línea no haría semejante locura. El piloto sobrevoló en forma rasante por la ladera ascendente de una enorme montaña y casi no pudimos alcanzar a sortear la cima. Al menos esa fue la sensación -demasiado fuerte por cierto- que sentí en el estómago, debido a la desaceleración cuando parecía que el avión entraría en pérdida. Y luego la caída casi libre sobre la ladera opuesta descendente. Si no fuera un avión juraría que parecía una montaña rusa. ¿Pero que objeto tiene maniobrar un avión de pasajeros de esa forma? Definitivamente es un disparate, sólo lo soñé.
Pero lo insólito es que no es la primera vez que esto me ocurre. Ya experimenté esto en un vuelo anterior. No recuerdo cuál, pero creo que era mientras volaba sobre en esta misma región. ¿Donde estamos? ¿Oeste de Brasil o Bolivia? Si, aproximadamente. También fue aquí. Y ahora recuerdo claramente: me desperté exactamente como ahora y con la misma extraña sensación. Y dudé de si efectivamente había ocurrido o no, y llegué a la misma conclusión: lo había soñado. ¡Pero lo más asombroso es que también sabía que ya había vivido ese mismo evento en un vuelo anterior y que quizás también lo había soñado!
Definitivamente debo estar volviéndome loco. ¿Cuantas veces me sucedió esto? No lo se a ciencia cierta. Parece una cadena interminable de sueños sobre la memoria de un sueño anterior. Me recuerda lo que sucede al enfrentar dos espejos y espiar hacia ambos lados la infinita sucesión de reflejos del propio reflejo. La diferencia es que ahora estoy espiando hacia un solo lado: el pasado... ¿Y el futuro? ¿Seguiré experimentando esto en otros vuelos? ¿Estaré en medio de una infinita sucesión de sueños sobre sueños? Por más que lo piense no encuentro la forma de asimilarlo. Ni creo que tenga mucho sentido, porque al fin y al cabo se supone que no conocemos el futuro...
Me quito los auriculares porque me duelen bastante las orejas. No se cuántas veces debo haber escuchado este tema de Robert Johnson desde que salimos, porque accidentalmente el iPod quedó en modo repetición. Me río de pensar que como dice un conocido maestro del Kung-Fu "los accidentes no existen". Aunque quizás no fue un "accidente" después de todo... Y ahora estoy absolutamente aterrado: ¡Acabo de recordar que la vez anterior que me ocurrió esto también me desperté escuchando Robert Johnson!
Mejor le pido agua a la azafata...